El Extranjero

El porqué del tiempo, queda indefinido cuando somos atemporales y sin dimensión.

Momo

- ¿A dónde vas? - Le preguntó a Casiopea. - Al futuro, a encontrarte...

Los Distorsionadores

Requería, quizás, una pluma feroz y viva. Jugar con lealtades absolutas, insultos prestos, ingenio y viveza en el resultado de su ataque a otros...

El amor y el pacto

El monstruo dormía latente mientras no mirara la luna. Hubo un pacto silencioso de los números. No le dijiste a qué se debía. Era un susurro...

Cómo jugamos en este blog

Las reglas de este juego no pueden ser más simples: queremos seres pensantes, propios, de inteligencia viva que sepan aportarnos su personal punto de vista.

Alas libres

Las alas libres de vuelos incandescentes.  Y tú, a lo lejos, con furia tatúas el adiós.

No es fortuito, no es casualidad. Se fue gestando como una necesidad en tu cabeza, al agotar el corazón entre lo que sientes, y lo que te permitirás que suceda... ante la necesidad de encontrar una manera de proteger la crisálida de esencia en la que guardas su memoria.

Ella era todo los que tú fuiste, y la amabas.

Ella está muerta. Tu amor es tal que prefieres el corazón de su memoria, que volver a existir en otra persona, honrando su recuerdo.

Algún día, quizás, estés listo, o algún día, como supones, volverán a ser uno en la eternidad.

Siempre fueron tus reglas, siempre me permití hacer que las rompieras; nunca las seguiste... y al final eso te enfurecía...

Siempre buscaste limitarte en los encuentros, mantener el control, te era imposible y yo amaba cuando lo perdías.

No sé si llamarlo amor, no sé si te quise: Nunca deseé tus etiquetas, ellas nos taladrearon. Tu mente necesitó definiciones.

Encontraste perdidos los "te adoro" en tus labios, vibrando en la piel.
Eso, no sabes perdonármelo.

Siento tu furia y reconozco en ella ese "nunca más" que desgarra las estrellas y me deja una única verdad.

Te has ido.

Te has ido y lo has hecho para siempre.
Y lo haces libre y alegremente, sin explicaciones.

Hiciste lo mismo que yo alguna vez, heriste de muerte al ave, para asegurarte que no regresaría a ti, ni podrás volver a sus alas, si algún día te arrepientes.

"Recuerda que yo camino". - Me dijiste alguna vez, cuando, por primera vez nuestras miradas se encontraron y ya sospechabas que volarías conmigo. Ahora parece hace tantos abismos... como si no hubiera sucedido.

Nunca te acomodaron mis alas.

 Son alas de fénix.

Encuentro adecuado que en este fin de ciclo solar, prendan fuego...




Calaverita para el Caballero de las Arenas:



Seco quedó después de la tormenta, inválido su corazón, 

arrobado en nombres ajenos y fantasías al por mayor.

Entre hadas y fantasmas sueña, en aquellos tiempos de gloria,
 donde al no mentir ganaba, y era real toda su historia.

Al amor eterno convocó, 
sin poder darle la espalda, 
hasta que el tsunami su vida invadió,
 y la muerte vino a sus faldas.

Relájate, dijo la Parca, que con tuiter y la Polaca, 
a España enderezaremos, y siempre existirán otras hadas.

La flaca miró tajante, al caballero y  mandó su condena:

 Más siempre tus fantasías, 
ensueños simples y fatuos, 
vestirán nuevos romances.
sin gloria, ni canto.

Y así termina la historia, del valiente caballero, 
que por no saber ser sincero, el amor eterno perdió.

 ¡Pero cómo se divirtió!


Desnuda


Yo me he quitado mis harapos viejos,

ya no visto rencores,

ni sueños, ni corazones rotos.

Ya no me visto de poesía,

o de deseo salvaje.

Ni celos, ni planes, ni mariposas, ni lágrimas.

Estoy, por primera vez, en mucho tiempo...


Desnuda…


        -  Pero aún tienes palabras, eso es lo importante. -



Entre tú y yo no sé qué es lo que habla más...

Letras perdidas en el tiempo,

que atan a un pasado que elegimos ignorar,

pero que nos tiene aquí.


O esos silencios de corazones secos,

 como tormentas de arena que se desplazan en el tiempo,

 borrando nuestras huellas.


PALABRAS EN JUEGO



Llegar a la cima de la montaña no es la meta… es sólo la mitad del camino.
Muchas veces el descenso es lo más riesgoso de la escalada.

Por eso, “PALABRAS EN JUEGO” empieza donde se vislumbra la cumbre, donde las palabras se vuelven acciones peligrosas.

Las letras  en la pantalla (o en las páginas) se van entrelazando para crear el humor, la simpatía, la compasión, el amor y la identificación de dos seres que se necesitan uno al otro para no encontrarse solos, perdidos irremediablemente en el vacío del infinito, de la locura y del desengaño. Y en el trayecto, proyectan sus preocupaciones cotidianas, remiendan sus malos recuerdos, se curan – en cuerpo y alma- con palabras que juegan, que acarician, que reprochan, que golpean, que lastiman, que asombran, que deleitan… y que como en la REALIDAD no son del todo lo que esperaban.

Un contrapunto en tiempo real, donde las palabras quedan grabadas en el historial en fechas, horas, minutos, segundos y fracciones de segundo de forma automática, con el “tiempo no existe” de Sofi Venz , cuando ella y Rick Mar exploran y desmenuzan las emociones, los sueños, los recuerdos, las expectativas…


Tan fácil de leer como estar escuchando una conversación ajena, pero que podría ser la nuestra… por lo sencillo que es reconocernos en ciertas circunstancias…  y a la vez, el asombro de ir descubriendo las telarañas con las que “Ellos”, las otras voces, envuelven y apartan a los dos protagonistas en mundos irreconciliables. Pero el amor todo lo puede, empezando por perdonar, por abrazar las imaginarias rejas de la cárcel virtual para volar… ¿juntos?  para salvarse… o morir.

PALABRAS EN JUEGO es eso: Un juego peligroso donde la realidad puede convertirse en un paraíso o en una pesadilla… Y mientras, tenemos oasis de páginas impecables de belleza absoluta.

Repetitivo: Como las obsesiones, nos dan el ritmo de una vida decadente que busca la salvación… Y más que un amor maduro de adultos dañados por la vida, bien podría ser el amor fresco, ingenuo y puro, de dos adolescentes.
PALABRAS EN JUEGO es un arte nuevo… y sinceramente deseamos que este arte prospere.     
                                                                                                          

El viento

El viento está callado hoy. El desierto me apremia. La calma no siempre precede a la tormenta.

El alma duerme.
Las ausencias, 
las tuyas, 
las mías, 
las de las eras equivocadas,
 o los ríos deslavados de lágrimas y expectativas, 
han cansado las alas.


Hoy siento tristeza. 
Tristeza de ti y de mí, 
y de lo que fuimos y no fuimos. 

De lo que seremos, o no, 
de las certezas absurdas.

Tristeza del nosotros sin ti, 
y de lo nuestro sin nosotros.

Te extraño. 

La piel traspasa a veces, 
llantos más profundos. 

A veces el corazón te pena y la melancolía arroba cada centímetro de la piel. 

A veces, no se siente nada...

Las tormentas nos dejan secos. 
La calma nos reverdece,
 y echamos raíces. 

Buscamos apasionarnos en causas cercanas,
 menos románticas: la patria, la literatura,
 la realidad que exige de nosotros la fiera bandera, 
nuestro liderazgo y brillo,
 todos nuestros soles. 

Y estamos y nos somos. 
Soltando lo que fuimos,
Vibrando en otras pasiones,
más cercanas al olvido.

Quizás lloramos sin llorar. 
Y nos olvidamos en cada instante, 
formando parte de nuestras historias, 
de lo que fuimos y ya no más.

Hemos creado en la mente nuestro paraíso perdido imposible,

Imaginado cosas terribles de confesar, 

sólo por permitirnos la idea del quizás... no somos malas personas. 

Pero estamos atrapados, 
y amamos y el amor a veces se cuela demasiado en la realidad y la taladra.
Deseamos imposibles. 

Me susurras dentro de mí, "dame un hijo". 
Y es un arranque solamente.  

Pero la idea se arraiga en el consuelo del alma, 
sabiéndose dulce,
absurda e imposible, 
abrazando al corazón.

Y saberte conmigo, cuidarte, ser parte de ti...  como siempre, en mis sueños.

Como todos los días, despertar...  


Hoy te extraño.

Ven, soñemos..



Esa piel que llama los olvidos en el tiempo, 


Que susurra la brisa de tu nombre y me llama, sonriendo ante el todo que me eras 
y el rincón pesado de tu ausencia.

Te briso en el recuerdo de mis sueños, 
porque eres mi piel y mi defensa.


Pero te sé lejano, en otra tierra, 
en silencio, en calma,  
pasión que muere, 
que no extraña, 
que no siente,  
corazón quebrado que no duele. 
Alma rota en mis pedazos 
con los vientos del tiempo en nuestros labios.


Yo te amo en lejanía. 
En frio, en sota-vento. 
Te amo enterrada en la arena
 o retozando en tus brazos en la seda. 
Te amo en pasado y futuro, 
es el presente el que me aprieta.


En el ahora dormita, 
condenado a morir en  permanencia, 
aferrado a la vida en fantasía,  
nuestro amor, latiendo aún, 
entre los sueños.


Ven y duerme conmigo: 


Soñemos que en las lágrimas de perla, 
aún en duelo y vacíos, 
la magia existe y nos tenemos.



Te quiero en amor, caballero de las dunas, 
siempre eterno y sin remedio.



DESPERTAR...

Despertar
al amor
que vive dentro
tímido y loco
que no sabe expresarse
que teme al rechazo
el abandono
el no ser apreciado
ni bien correspondido.


Teme el amor



no ser DICHOSO
que es la única forma
de sentirse VERDADERO.




Libéralo.

Sólo el amor libre y loco puede enfrentarse a la tormenta
y tener la ganancia
de los luminosos TRUENOS.


          Mari Mari.

¿Un cafecito?


Me morí de celos por el vuelo inconstante de tus alas dormidas. No importan los nombres, todo, de repente es confuso.


Nuestros ojos se encuentran en el universo y los mares, hoy precisamente, de todos los días que te definen, hoy que me marca y desgarra, que creo tus ojos, tus manos, tus letras... que había dejado ir tus sueños y regresas con tormentas de arena.


Te encuentro de nuevo, sin encontrarte, porque esa es nuestra danza de siempre. Almas que se miran, se reconocen, se tocan, se pertenecen, condenadas a penar ausencias milenarias.



Intentan, casi siempre escapar... limitar las letras al suspiro de reproches de dolor que surge en vano.  Porque hoy comprendo que todo nuestro pasado, todas esas eras perdidas, no pudieron definirse de otra manera, para que hoy,  aquí y ahora, te sientes conmigo a tomarnos un café, a pesar de la distancia.

No importan las fechas. El tiempo, en realidad, nunca existió.

De todos los días, hoy. Sin olvido.




Fragmentos Imaginarios del Alma que Perdí




Me prometi como muchas veces callar. Cerré los ojos y las gotas de agua cayeron juguetonas sobre mí. No eran lágrimas, ni baños de luz, como otras veces, eran letras que me susurraban al oído. Pensamientos difusos.
¿Cómo escribirlos ahora?  No hay papel, ni pluma, ni artilugio tecnológico que me permita escribir en el agua lo que las voces me decían, sin parar.



Recuerdos ajenos de aquellos bosques de embrujo, donde las almas se quebraron y empezaron a crecer ajenas a sus propios pedazos... todo, quizás, empezó allí.

O empezó el día  que te leí por primera vez... no sé decirlo. No podría ponerle nombre. No tiene sentido. Pasó lo que siempre pasa con los trozos de alma que se encuentran, se sienten por primera vez completos, sin heridas ni marcas, ni parches confusos o vacíos diletantes. Se sonríen, se embelesan, se aman, arden en los volcanes, y provocan violentas colisiones en los universos... rara vez la realidad tolera tales pasiones, y esta vez no fue la excepción.



En algún rincón de tu planeta, existían tiempos pasados y una ella. Arraigado más a su historia que a tu futuro, te costó soltarla, pero ella te amaba, y no te dejaría libre sin lucharte. Te conocía bien. Así que usó el arma que sabía sería certera y te arrastraría hacia ella, asi, culpable y con temor a los siempres.
¡Ah...! ¡cómo detesto a los suicidas! Maldito egoísmo supremo.  Manipulación absoluta en grados extremos, aún cuando no lo logran, sacuden a los amados, y ellos, no toleran la idea de ser los que le ponen fin a sus historias.
Ellos, los suicidas, todos, son los enemigos de mi historia. Y ella supo sucederte en ellos, y burlar la muerte, pero el daño estaba hecho. Nos perdimos para siempre.


Quedaste sin sentido por algunas eternidades, y la magia se deshizo. Cedió a la razón: te explicaste mil veces, racionalmente, que la querías, que no tolerarías su muerte, que se merecían otra oportunidad. Bloqueaste cualquier llamado del alma y de otras vidas.  Lloraste sin lágrimas, y sin remordimientos, convencido que "era lo mejor", así, como témpano de hielo, me dijiste adiós para siempre.



No puedo decir que me sorprendió. Lo vi claro desde que te vi angustiado porque ella estaba en el hospital. Era tan fácil adivinar el final de esa historia.

 Ahora en la calma,  me pregunto el porqué en las eras, encontrarse así y disolverse, sólo para saber que existes allí, en un lugar lejano al que nunca llegaré. 

Quizás... siempre fuiste imaginario... y sigo evocando sólo al eco de un recuerdo de otras vidas.

El día que mis demonios ganaron la guerra y nos perdimos



Despierto tras un sueño pesado, poco reparador. Me invade la certeza del desastre que generan mis demonios de nuevo, una vez más. Hasta hace poco creí vislumbrar luz en el futuro cercano, pero mi mente no ha podido sacudir el polvo de las historias pasadas.



La historia se repite. Siempre es lo mismo, entregar, ofrecer, dar, quitar, lastimar, abandonar; el ciclo que hasta el día de hoy me resulta inevitable, dibujado sobre la memoria de cada una de aquellas Diosas que se entregaron al demonio seductor de la vida eterna, tan solo para perder los años en un segundo tras su partida.


La destreza de estas entidades, está en ocultarse tras los verdaderos deseos, en llenar vacíos con su presencia y arrancar un pedazo de corazón, siempre el más bello, el menos terrenal. En ocasiones me han dado la posibilidad de hechizar a diferentes musas a la vez, pero aún no han podido sobrepasar las defensas de mi conciencia, hasta hoy he sido capaz de mostrarles que no soy así, que creo en la entrega única, en la exclusividad de pasiones. No ha sido fácil, la tentación se presenta como el tesoro más brillante, nunca antes visto, sin embargo, la auto represión aún ha podido ganar las batallas.


Ya quisiera yo ser el victimario de mis escenas, pero no es así. Cada una de ellas, que han entrado en mi vida, han formado parte irreemplazable de ese mundo que construyo y a la vez me determina, todas se han llevado un fragmente de mi juventud y el dolor de los sueños dibujados en sus miradas y que ya no se podrán cumplir.

 
Pienso en los momentos de desenfreno, en el calor cicatrizante del contacto, en la irreverencia del deseo mutuo y en las consecuencias fatales que dejan a su paso. Hoy un amigo, que no ha conocido el balance de lo caótico en el pecho, me recomienda desde su aparente sabiduría, escoger el camino que he de recorrer en adelante. Como si eso no fuera lo más obvio de todo lo que ocurre en el mundo, material o subjetivo. 


El problema no está en la decisión que ha de tomarse, sino en la forma en que se perciben las consecuencias bajo la piel, en los rezagos de todo aquello que ya no será más.


De aquí que la única salida que ahora me permito es huir. 

Sí, como un cobarde, como un ser incapaz de mirarle a la cara a sus emociones, como un esclavo del pensamiento que impone como prioridad todo aquello que no se fundamente en lo afectivo. 

Me condena a seguir sólo, porque no puedo pensar si escucho que ella me habla, porque no quiero abrazarla sin saber hasta cuándo la podré sujetar...

No, ella no se merece eso. firmaré entonces de certificado de defunción en sus papeles, y esperaré a que cualquier ninfa que se disponga a amarme logre visualizar la sensatez y corra a refugiarse donde ninguno de mis demonios la encuentre.


                                                                                          Blanktempus

Él lo Escribió


Lo escribió justo cuando creyó perderla. Veo la fecha. El llamado de lo que fue y lo que burdamente aún no está escrito. Lo leo, y es como si me leyera a mí misma. No debería extrañarme. Me ha preguntado si me gusta como escribe y la sola pregunta me parece absurda. Sus letras son las mías. Las reconozco, jamás me serán ajenas.

Él es mi propia respiración. Amo cada una de sus palabras. Las leo con atención. Deseo leérselas mientras él se recuesta en mi vientre, como todas nuestras noches, antes de hacer el amor. Él apoya su barbilla en mi ombligo y yo le leo, cualquier cosa, él parece estar feliz sólo con escuchar mi voz. Luego, inevitablemente, me besa el vientre. Y entonces él me lee a mí. Como autor creativo de mis movimientos hace de mi cuerpo una sinfonía… releo lo que escribió. Es tan… absolutamente transparente y yo lo amo tanto. Comprendo el pesar de su corazón. Es cambiar la realidad por la magia. Y a él siempre le enseñaron que atrás de las funciones de circo, al final, todos son trucos. Lo leo y lo sé en dolor. Nadie mejor que yo para saber lo que entristece dañar al amado, el olor difuso de extrañeza que deja cuando despiertas del hechizo y ya no amas más. Pero la otra parte, no se ha detenido.

Hay que guardar el luto al amor. Pero no debería ser tan literal. Mis manos tiemblan mientras sostengo el papel que me compartió. Tiemblan porque lo amo, y porque conozco el final trágico de todo hoy. Él la amaba y ella a él. El vio la imperfección y decidió no seguir, ella no supo cómo aceptarlo, y acabo mezclando analgésicos con antidepresivos. Me llama desde el hospital. Yo a años luz de distancia, en mis propias quimeras externas. Y el alma comprende. Él se irá para siempre. Lo he perdido.

Tuve que hacerlo, no podría sobrevivir su adiós… pero de nuevo… él es ya todas mis mentes, todas mis historias y varios de mis corazones. 

De verdad ya no importa lo que pase después...

                                                                                                                                                    A.V.

Una Musa



Me he rendido, de las horas sin tiempo llegan oleadas de aire turbio. Aquel que levantó la polvareda ante la tormenta. El cielo esta triste hoy. Escucho las risas, el batir del agua atrás, las copas chocar, la música lejana que se me antoja tan amorfa y extraña.



Siempre que cedo a la tentación de recordar tus pasos, cuando le doy espacio a que el universo continúe su curso, allí está de nuevo, el recordatorio.


Tú y tus historias. Tú y tu nada. Tú y ese mundo prohibido que intuyo absoluto. Nadie me creería ya que no lo busco, vaya, yo misma empiezo a dudarlo. Sólo... aparece, se  manifiesta, de manera aterradoramente mágica. Como aquel maleficio lanzado por la gitana que te persigue más allá del infierno. Si sigo creyendo todas estas historias metafísicas que me han contado, yo provoco los absurdos reencuentros,  creo esas realidades, las invoco, las manifiesto como este intento de soltar ese ser  que formó una dimensión completa ajena a mí.


Es increíble como los pedazos de lo que fuimos, a través de las vidas, se han regenerado, y ahora son como las constelaciones, o los lunares en mi espalda... paraísos completos, infiernos, seres vivos, latentes por sí mismos en otros cristales rotos, que aún son parte de ti, cuando observas la luna.



Esa es mi historia contigo. Mi historia contigo no es una historia feliz, eso ya lo sabes.  Es una historia de amor donde los protagonistas no se aman, se odian todo lo que pueden, siempre lamentan haberse conocido, se alejan siempre, siempre regresan. Se desgarran las tripas, y se miran con indiferencia siempre que saben  olvidarse, se desencuentran cuando se buscan: el universo conspira al unirlos  cuando se detestan... Nunca se olvidan, siempre se esperan, se huelen, se desean, se provocan reacciones viscerales... se buscan todo el tiempo en otras letras, otras pieles, otros aromas. Es patológico. Una pesadilla recurrente. Es una historia que acaba en muerte y desolación, en el desamor de todo  lo que fueron.

Mi historia contigo es más bien un viaje filosófico de autoconocimiento ante el pleito constante de un ideal que no existe. La frustración absoluta de algo que te persigue o te arrastra, irremediablemente, en universos paralelos que jamás se cruzarán. Es una historia que habla de dolor, de engaño, de mentiras y máscaras, de obsesiones y duelos compartidos. De historias simultáneas, más importantes y reales. Habla de inteligencias en choque, de hambre, de necesidad de encuentro, de hastío, de nausea reiterativa... de las colas de unos cometas que sólo se cruzan por casualidad, cada siglo, y continúan su camino, añorándose.


Una oda al talento,  un mecanismo de supervivencia... o sólo, la creación de una musa. Tu razón en mi vida, sólo obedece a convocar el dolor y la melancolía que inspira...

Mi historia contigo no existe. Tú no existes. Hace mucho tiempo  que jalaste el gatillo...

                                                                                                                                          D.L .

            




El sueño



No sabían que existían, vivían sin saberse mitades. Tampoco conocían los signos de interrogación, todo terminaba en puntos y aparte.


La conciencia no era necesaria, la mentira tampoco. ¡¡Todo era tan normal!! 





Pasó que en un cruce de palabras se chocaron y por el golpe despertaron, tuvieron que mirarse, disculparse el uno con el otro. 



Esas miradas fueron más profundas que la voz, llegaron hasta donde tenían que llegar, hasta el fondo de esa mitad y en medio de la confusión el encastre fue perfecto.



Aparecieron las preguntas, los silencios y los puntos suspensivos para que el aparte no cortara el aire ni astillara la respiración hasta perderla por completo.




La razón se presentó con la conciencia, que estaban soldadas, nunca se habían percatado de la sombra que una proyectaba sobre la otra y se perdió cualquier normalidad. 


Descubrieron que la naturalidad había perdido el juicio y que la serenidad se había transformado en un par de corazones acelerados.


Tal vez extravagantes, irregulares al tono con que se pinta el mundo, quizás un poco dementes para cualquier otro. Pudieron haberse inventado uno personal, pero lo intentaron mal y se derrumbó como uno construido con naipes y  con pulso tembloroso.



Así vagan ahora, saben que existen, se saben mitades, conocen las preguntas y algunas respuestas, otras las suponen. Siguen escondidos de los puntos y aparte, mintiéndose a veces, enfrentándose otras. Pero despiertos, aún mirándose hasta el fondo, hasta la raíz.



Y es que desperté perdida en tus pestañas, en la comisura de una media sonrisa tatuada en mis ojos.

                                                                                                      @Dibujauncorazon