Perdido estás en todos los silencios que armamos juntos,
despojado de iras,
de raciocinio,
perdido en la imagen difusa de una razón que fue.
Esperando quizás, la nueva marea que regresará callada
sin nombre, con olor fresco, y con otro rostro que no será
el mío.
Perdido estás en un mar sin dueño,
en aquel lugar distante que armamos juntos
ese mundo de pausas... de dosis leves, de indiferencia...
Y yo...¡te extraño tanto!