Nací libre sobre la pasajera ola del viento que me arrulló
en sus vuelos.
Viajé con ellos sintiendo los frescos amaneceres, las cálidas
tardes.
Diversos aromas logré conocer, dulces y suaves, firmes y
profundos,
Pude observar la magia de sus colores, brillantes, fugaces,
satinados y desvanecidos,
Todos en un conjunto de armónica belleza, tan cerca y tan
distante,
Como el horizonte y la imaginación lo pueden permitir…
Así de hermosa como el Edén soñado fue mi primavera,
Entre piedras de río, tierra de cultivo, selva tropical y
playas vírgenes que se perdían entre la bruma y la niebla…
Los cantos alegres y bohemios que seguían el sonar de las
cuerdas,
Las palmas y los bailes que sobre la arena dibujaban huellas
de rítmicos anhelos.
Deseos de amor y pasión que brotaban en las miradas perdidas
de los danzantes,
Fue ahí donde aprendimos a volar, tejiendo nuestras propias
alas.
Impulsando nuestros sueños y tropezando nuestras realidades,
No fue fácil, pero el escenario majestuoso, lo valió todo…
O. Ahyos.