Palabras que brotan como flores desde las entrañas del alma, que se llenan de los colores y el aroma del corazón.
Se multiplican por el aire blanco de una hoja de papel abonadas con tinta y semillas que crecen en tu voz.
Palabras que se mecen por la respiración y los suspiros, que hacen sombra de los sueños, que se riegan con los besos que se escapan de los ojos.
Palabras que tienen la belleza simple de los brotes.
Palabras que no se marchitan, que viven perfumando y vistiendo mientras el alma resista; que cambian de color, tomando los del corazón que las recibe, del corazón que se las apropia, de las emociones que las pintan.
Palabras como besos que nacen sin pensar, que se escapan del alma, palabras que dejo besarte, besarme, sin resistencia, sin meditar.
Que tienen carácter propio, que tienen la fuerza necesaria para imponerme sus deseos, su voluntad, palabras con cadencia personal.
Palabras que como las rosas tienen espinas, pero escondidas, las que se alguna vez me lastimaron el alma, su origen, su color original. que se esbozaron primero, desde las cicatrices, desde donde fueron madurando hasta llegar a lo que son hoy, palabras con aroma a ternura.
Palabras dulces, palabras que acarician, palabras con mi voz impresa como sello entre la tinta, palabras sin renglones.
Palabras con la impronta del alma, con los acentos del corazón, sin más idioma que el de los ojos que las leen, los tuyos.
Palabras que llegan tocando la puerta de tu corazón, después de haber tirado la de mi alma.
@Dibujauncorazon