Plutón siempre mira a Caronte.
Caronte es "su luna", pero es tan grande en relación a Plutón, que casi son del mismo tamaño. Esto hace que su relación gravitacional sea codependiente.
Siempre se muestran la misma faceta.
Los dos siempre se miran a los ojos, no conocen otra cara del otro.
Plutón le muestra su mejor rostro, y el resto del sistema solar, desde lejos, evalúa si se merece el nombre de "planeta" o es sólo un asteroide más.
A Plutón y a Caronte no puede importarles menos lo que piense el resto del universo. Ellos se miran. Y todos los días, sin que los veamos, Plutón le entrega su corazón.