El Extranjero

El porqué del tiempo, queda indefinido cuando somos atemporales y sin dimensión.

Momo

- ¿A dónde vas? - Le preguntó a Casiopea. - Al futuro, a encontrarte...

Los Distorsionadores

Requería, quizás, una pluma feroz y viva. Jugar con lealtades absolutas, insultos prestos, ingenio y viveza en el resultado de su ataque a otros...

El amor y el pacto

El monstruo dormía latente mientras no mirara la luna. Hubo un pacto silencioso de los números. No le dijiste a qué se debía. Era un susurro...

Cómo jugamos en este blog

Las reglas de este juego no pueden ser más simples: queremos seres pensantes, propios, de inteligencia viva que sepan aportarnos su personal punto de vista.

Trump y el triunfo de "La Sombra"

Leí un atículo muy interesante sobre Trump y su relación con el mensaje a los más bajos instintos. "La sombra", le llamaba Jung.
El inconsciente, en este caso colectivo. El deseo de soltar los demonios, romper las reglas, darle rienda suelta a los instintos más primitivos, conquistar (y joder al otro), tomar lo que uno desea (sea comida, cosas, o incluso satisfacer apetitos sexuales), aprovechar ventajas, (joder y despreciar al débil). Vanagloriarse de la "superioridad", el bullying en este contexto no es malo, es una cualidad. Como el orangután que se golpea su pecho y ruge en señal de ser el "mejor macho", el "dueño" de todas las hembras, el que domina y decide por todos...
El triunfo de Trump no obedece a que todos sean idiotas. El triunfo de Trump se debe a que él le habló a las masas enojadas, y azuzó a "la sombra" en ellos. "¿No tienes trabajo? Odia a los malditos mexicanos que vienen a robarte tus oportunidades! ¿Hay inseguridad y asaltos? Es por culpa de las bandas de negros. ¿No hay dinero ni buenos empleos para ti? Es por que Obama gastó el dinero en darle seguros de salud a lacras de la sociedad que ni siquiera pagan impuestos como tú." Y la lista sigue. El problema con este discurso de odio es que la cosecha no se detiene en el triunfo de Trump.
Es fácil caer en la inercia colectiva del odio, con el lider adecuado, usando "la sombra" para conseguir sus delirios de grandeza.
Un ejemplo fue Hitler. Dudo que alguno de los nazis que después fueron capaces de hacer atrocidades, hayan nacido con el "gen del mal", pero un líder acomplejado y con un carisma excepcional alimentó lo suficiente sus rencores y miedos, para empujarlos a cometer atrocidades. La "supremacia blanca", el odio desmedido, el racismo, la misoginia, el nulo respeto y la total capacidad de empatía.
Trump es el líder que te dice: América, está bien que odies! Estamos jodidos por ellos, vamos a luchar por recuperar nuestra grandeza! Trump es el líder que valida los demonios de la sombra.
Claro que las personas más fáciles de manipular por un tipo así, son los que tienen dolor, resentimiento, rencores, racismo, los que no tienen suficiente información para entender lo que Trump estaba haciendo.
Por eso el señor ganó en el campo y los pueblos pequeños, los lugares rurales de poca educación.
Las muestras de odio por parte de los seguidores de Trump y de terror por el resto del mundo pensante, son apenas destellos de lo que se viene. Los países vamos a tener que aprender que NO podemos seguir dependiendo de EU para sobrevivir. Eso cambia todas las reglas.
También tenemos que hacer la tarea en casa. Nadie va a salvarnos de "la sombra" si en nuestro propio país, la sombra es lo que inspira nuestro gobierno. Tenemos que limpiar nuestra casa.
NO TENEMOS QUE PAGAR UN MURO, NADIE PUEDE OBLIGARNOS. NI SIQUIERA TRUMP. NO TENEMOS QUE DEJARNOS.
Necesitamos que nuestros "líderes" se levanten a engrandecer lo que somos.
Si no contamos con ellos, empezar en casa. Siempre creí que los buenos éramos más, pero los ignorantes también.
La única manera de vencer a "la sombra", en el gobierno de EU, en México, en nuestros propios corazones, es involucrándonos, todos, en vencer nuestros propios demonios.

LA DESPEDIDA

La mirada era tenue, casi recordaba al primer parpadeo de la mañana. Yo, claro, la respondía. La vida a veces tiene una forma tierna de decirnos las cosas, a veces es brutal. Uno despierta todos los días pensando que la vida es igual y la cotidianeidad no parece querer contradecirnos, hasta que, inevitablemente algo pasa. Algo pasa que nos quiebra todo, que nos cambia, que nos transforma en héroes o demonios. Somos un cúmulo de lo que pensamos, lo que hacemos, la gente que queremos, las caídas y éxitos que experimentamos. Leí ayer que nuestra edad es una suma de todos nuestros años, así, si estamos en los treintas, somos el niño de 5 años que trepaba a los árboles, el jovenzuelo adolescente de 14, el joven come-mundos de veintidós, el hombre experimentado de los treintas... y al pasar los años, el hombre sabio de 80 sabe ser todo aquello que fue. Me gustó la imagen, pero me pareció un sueño, porque la vida, tiene su manera sutil y brutal de cambiarnos. Un accidente, una muerte, un gran amor, un viaje, los sueños rotos, la familia que soñamos, la mano pequeñita que atrapa tu dedo con fuerza por primera vez... La guerra, la paz, la lucha, los ideales. El enemigo que se hizo amigo, el amigo que te clavó el cuchillo en la espalda. El sentir de piel a piel de los amantes. El éxtasis, el amor. El perfecto desconocido que salvó tu vida. La amiga de la prima de un ex compañero de trabajo que rescató a tu hijo cuando tú no podías ayudarlo... El doctor que salvó a su paciente, el que se equivocó y le arrebató su vida. La mano que te levantó cuando caíste, el pie que pisaste al levantarte. La vida, te cambia. Y eso jamás es algo malo. Nuestros amores se convierten en hastíos, en odios, en amigos, en amores de nuevo, se acumulan rencores, caricias, cicatrices, kilos, horas, dietas, juego, parrandas, enfermedades, brincos, carcajadas y sueños. El hermano que se va para siempre, dejando el aire irrespirable por segundos. El suicida que no supo matarse y falla hasta en eso, y a su pesar, aprende a vivir.
La mirada es tenue... Sus ojos están cansados. Ya se despide.
Vete abuelo, viviste una buena vida... puedes ya descansar..



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Cuento de Yamile Vaena,

Bruselas, el horror y Tintin

Bueno...

Ya van a empezar como cuando nos querían linchar por poner la bandera de Francia.
Ahí les va: Tintín es un claro representante iconográfico de la cultura Belga. Es, sin lugar a dudas, el personaje MÁS conocido mundialmente de esta nacionalidad. Se trata de un chico investigador europeo que viaja por todo el mundo resolviendo misterios. Crecí leyéndolo. Jamás proyectó ningún mensaje peyorativo o discriminador en sus aventuras. Era lógico que fuera el primer "ícono" cultural que expresara su duelo por la atrocidad de los atentados de hoy.


A la vista de lo que pasó, empezó a circular en las redes la imagen de Tintin llorando la tragedia tras leerla en el periódico, y el ataque de las hienas rapaces no se hizo esperar. Cuando algo tan malo sucede, parece que no sabemos cómo lidiar con el miedo, la rabia, la impotencia y el terror de lo que provocan unos bombazos contra gente inocente. Escogieron un aeropuerto y el metro, en fechas vacacionales, y -peor- fechas perfectas, para su guerra "santa".
¿Y la reacción de nosotros, los "buenos"? Pues nos estremecemos y mostramos dolor y solidaridad hacia los que sufrieron esta atrocidad, pero hay algunos, que canalizan esta rabia hacia los lugares equivocados.
Leer que odian y repudian a Tintin por "racista", porque es la imagen de la cultura europea "sobajando" a otras culturas (como áfrica y países árabes), que era un maldito porque iba de cacería...etc), es tan absurdo como repudiar a los que nos declaramos en solidaridad de Paris tras aquella masacre.
Los que crecimos leyendo a Tintin SABEMOS que Tintín es un personaje que viaja por todo el mundo resolviendo misterios. El personaje es congruente con las características que tenía lo "socialmente" aceptable en los años cuando se escribió y popularizó el personaje. La cacería era algo noble y común. Los safaris incluían personas de color guiando al hombre blanco a través de la selva... etc...
Hoy los que se abrían las venas porque nos dolió Paris en los atentados de hace unos meses, satanizan a Tintin, criticando que si es el símbolo de la opresión europea sobre los otros países y razas, bueno, hasta se le van encima porque cazó un rinoceronte y un león... (Si saben que eran dibujitos, que ningún animal fue realmente herido por las historietas de Tintín, ¿verdad? y más allá de eso, que es muy poco probable que alguno de los niños que leímos a Tintin sintamos la compulsión asesina de cazar animales)
El discurso de odio, va más allá de los bombazos.
Tintin no es la revista Charlie Hepbo. Es un personaje que para muchos, como yo, representa el asomarnos a las letras de niños. No frieguen!
Me niego a darle voz al odio. 
¡Mi corazón a la Paz!

Mi corazón con Tintín y el dolor de Bruselas, el dolor del mundo ante la oscuridad del fanatismo.



Ser

No decir demasiado es ponerse ante un espejo y preguntarse quién es esa persona que me mira desde allí? Soy tantas y soy ninguna. Rodar a un lugar que me atrajo por soltar las plumas y volar con el viento a donde les lleven las cosas, sin hilar pensamientos.
¿Porqué habrían de leerme? ¿Porqué yo, ante el espejo, enfrento siempre ese reto de las letras? Lee tu rostro. Qué te dice de ayer, de las carcajadas, de la caída, del corazón roto, de la aventura que viviste en los ojos de aquel que amaste? Qué queda después? El espejo es el mismo, no se ha roto, aún brilla, aún refleja los rayos del sol, y en las noches, aún se cuela en su mirada el blanco amarillento de la luna, a veces rojo y salvaje, a veces, mustio y gris. Pero yo sigo siendo la misma, y no… soy muchas, o somos pedazos de aquello que conocimos ayer, somos promesas de amores eternos, suspiros momentáneos o buenos revolcones. Somos nada.

Estoy aquí porque me atrajo la inteligencia… es como miel. Siempre vuelo a ella, pensando que me hará más fértil, que podré leer entre líneas y minará en mi psique para liberar todo tipos de historias atrapadas allí, aún en espera de ser contadas, completamente desconocidas para mí, sospecho que por eso escribo.

No me pregunten quién soy. Me he debatido entre nombres y avatares, he sido tantos. Me imagino que siempre ante el espejo, ese que cuenta historias tiene la manía de serlas, en todos sus personajes.