...Emm ...no me acuerdo...
21, 44, 77, 50 , 52, 23, 18, 13, 89... Así nos fuimos hasta 25 cifras de dos dígitos...
El hombre siguió hablando, regresó al tema, recitó las cifras al derecho, las recitó al revés, dígito por dígito, casi 40 minutos después. Parecía truco de magia al estilo David Copperfield. Nos decía, la cifra 9 que me dieron, fue el número 89, también la cifra 16, fue el número 89... cosas así. Si no lo hubiéramos apuntado, jamás lo hubiéramos creído.
Todos aplaudimos a rabiar. El tipo con el récord a la mejor memoria por dos años consecutivos en EU, nos daba un seminario que prometía entrenar nuestra mente para lograr hacer esta hazaña y muchas más. (Debo decirles: Lo cumplío!!! Al terminar las 4 horas todos los allí presentes éramos capaces de hacer lo mismo que él)... Al parecer el hombre ha desarrollado un sencillo sistema para eficientar la capacidad retentiva hasta 3 veces más. Lo han llamado el super humano, pues presumen que utiliza màs del 33% de su cerebro.
- ¿Aumentar la memoria? ¡Bendito el que olvida! ¿Te imaginas perder la capacidad de sorprenderte, enamorarte, o emprender algo porque la funesta memoria que te recuerda experiencias fallidas o dolorosas?- Me dijo mi amigo Juan.
Juan es de papel, o más bien de letras, es real, pero humanamente bien hubiera podido ser uno de mis personajes. Fue demasiado listo quebrando esquemas para salirse del molde. Este punto es casi ensordecedor por lo evidente. ¡Sin memoria! Los peligros de vivir una vida sin el aprendizaje, Dicen que quien no conoce su historia y sus consecuencias, está condenado a repetirla. Mis recuerdos -y memoria, normal aún, aunque un poco más "entrenada"- me llevan a aquella frase de la "permeabilidad selectiva".
¿Qué pasa cuando nos falla la memoria como pueblo? Se te olvidan los orígenes del daño... es como los dinosaurios con su muñequito novelero engominado pretendiendo regresar a Los Pinos. Si lo ponemos allí de nuevo somos aún más desmemoriados que el que no recuerda a sus tres libros favoritos. Se nos olvidarán las terribles devaluaciones, la impunidad, la interminable corrupción que por tantos años carcomió al país, y cuyos vicios aún son imposibles de erradicar por completo. Pero tenemos permeabilidad selectiva, se nos olvida el daño, porque necesitamos creer.
El cerebro funciona como un músculo, entre más lo ejercitamos, más eficiente, fuerte y poderoso se vuelve. Quizás, ¿de eso se trata todo? Recordar, sin el duelo. Perdonar, pero no olvidar, mantenerse alerta, pero no dañarse. Vivir resbalándose de las paredes cuando es necesario, deslizándote despreocupado del aprendizaje futuro.
¡Lanzarte al vacío, sin miedo, pero con casco y paracaídas!
He aprendido a no creer, imaginar, a saber materializar en ideas los sueños. He aprendido a observar. Leer los porqués. Estudiar el comportamiento, las imágenes en descampado y crearme e inventarme todos los días.
Creo que eso necesitamos: una excelente memoria, para, como dice Gill, no perder la capacidad de asombro. (Mi definición de alguien "viejo" es aquel que ha perdido la posibilidad de maravillarse con su presente.) Pero evitar que se repita del pasado lo doloroso.
Debemos recordar que esto es un trabajo en equipo... no estamos solos. México somos todos.
... El extranjero.
PS: Algunas personas me han solicita`o que continúe con mis crónicas políticas "Schadenfreude", no se preocupen! no lo he olvidado, lo haré cuando menos lo esperen.
Cuando sea momento, aun no...