Apenas ha comenzado la sesión. Lo anuncian sin gran faramalla. Al lado de mí, Laura, una exitosa y joven empresaria me susurra: Mis papás lo aman, son de ir a sus mítines y plantones, ¡no sabes!
Me río: La idea de los padres de Laura socialistas apoyando al loquito del zócalo es una imagen imposible. Ella es una de las más prominentes jóvenes en su industria, cuyo negocio tiene una destacada fuerza internacional.
- Entonces, tú debes ser la oveja negra de la familia.
Ella me sonríe, pienso en sus viajes y sus proyectos, su proactividad, su enfoque a resultados. Su método de impulsar la creatividad aprovechando las mejores características del equipo de trabajo. Los rasgos de fuerte liderazgo que tiene dentro de esa frágil y delgada figura femenina. No puedo imaginar a sus padres avergonzados, de la “explotadora capitalista”, que, como amantes de AMLO, deben considerar a su hija.
Laura es la responsable de que más de mil personas en varios países tengan un modus vivendi incluso ostentoso. Está enfocada en ayudar, es una persona extraordinaria, pero de socialista, no tiene ni un pelo.
¡La oveja negra!
-Sí, lo soy. –
En el estrado aparece AMLO. Como el día anterior, con Josefina, la impresión real, sin cámaras y medios es muy diferente. No proyecta más, como me sucedió con ella, proyecta menos.
Veo un Lopez Obrador envejecido, algo abotargado. Se le ve nervioso, algo intimidado. La transformación que sufriría en el transcurso de la próxima hora sería avasallador. Es un tipo que siempre consideré astuto. Me daba curiosidad ver qué tan hábil se mostraría ahora. Hay veda por las leyes electorales. Me preguntaba si serìa tan hábil como Josefina de doblar las reglas sin quebrarlas, y de hablar de sus propuestas, sin hablar de ellas…
Noticia número 1: No lo fue. Haciendo gala de las expectativas que ha generado en todos sus detractores, AMLO no respetó la ley electoral. Se enfocó a la máxima: más vale pedir perdón que pedir permiso, y lo bailado nadie me lo quita. No desaprovechó el foro para hacer proselitismo barato y evidente.
Se paró en el estrado y dijo:
-“Estas son mis 20 propuestas de gobierno"
Y entonces, en mi azoro, escucho ovaciones. Me incomodan, lo admito. El hombre está faltando al respeto a la invitación rotaria, donde el código de ética es sagrado… y no sólo se le permite, sino que los rotarios de la sala, ¿lo aplauden? ¿En serio?
-He comprendido,- dice- que no se trata de quitarle a los ricos para darle a los pobres.-
¡Lo dice! Este remedo de Robin Hood del pantano se para enfrente de los más prominentes empresarios de todo México y dice: “Ya entendí que la solución no es robarles”. ¿Lo recordará si llega al poder?
Comienza entonces, con su listado de propuestas…
Perdonarán que no me preste a repetir la letanía de este cuate, pero seguro ya existieron millones de sitios que lo hicieron, pregonando sus panfletos amarillos, con los respectivos tres gatos que le creyeron.
Yo quiero más bien, hacer una fotografía. El cuate dice que adiós IETU, que a volar monopolios, que a la goma Pemex y CFE, que menos impuestos, que los sueldos de los funcionarios a la mitad, que escuela, uniformes, útiles y comida gratis para todos los niños mexicanos… el campo autosuficiente, claro, no dice cómo. Propone que el gobierno invierta en infraestructura. No propone hacer atractiva la inversión privada, no propone multiplicar, propones distribuir. Partir el pan con migajas, no multiplicarlo…
Lo vitorean varias veces. El hombre lee mediocremente su discurso. Ni siquiera pone énfasis en las palabras. No proyecta gran cosa, de verdad, no se esfuerza. Y los aplausos me asombran de nuevo. Varias veces me dan ganas de levantarme y espetarlo. Cuestionarlo, meterlo al redil. Nada de lo que dice merece esas ovaciones. No encaja, en serio algo no me cuadra. Lo interrumpen con los aplausos. ¿En serio?
¿Cómo harás eso? ¿Qué estrategias propones? ¿Cuál es la viabilidad de tus promesas? ¿Cuál sustento real tienen?
Me muero por decirle: ¡respeta la ley, NO PUEDES HABLAR DE ESTO, respeta la casa! Aquí y ahora ¡Muestra que puedes comportarte a la altura de las circunstancias!
Pero también, un rotario jamás hará sentir incómodo a un invitado a su casa. Por eso nadie dice nada. Me quedo callado, me como la indignación. Y lo escucho.
La oda al sueño utópico en una mente que ha demostrado tener una visión de la realidad de lo más sesgada. Me gustaría pensar que logrará lo que propone, me gustaría pensar que sabe cómo, y realmente, sus intenciones son buenas, pero el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. –Aún creyendo que el tipo va de buena lid, y ama a México.-, sus propuestas no tienen ningún sustento tangible.
- ¿De verdad alguien le cree? – Pienso en voz lata.
- ¡Mis papás! – me contesta Laura.
Termina su discurso. ¿Recuerdan que les describí cómo se fue Josefina de este mismo foro, discretamente, tras bambalinas? ¿Cómo creen que lo hizo AMLO?
El ídolo amarillo se encamina a salir por el frente del auditorio. Lo han fortalecido las porras, su semblante ya no denota estrés, se ve jubiloso, en control. La gente se le amontona. Principalmente las primeras filas, los demás, salen de manera ordenada. Yo me quedo varado con Laura en el pasillo de en medio y Laura me dice:
- ¡Tómame una foto con él, mi mamá la atesorará más que mi foto de bebé!
Los chicos Rotarac, le hacen obedientes, una discreta barrera al líder polìtico. El peje camina sonriente, tiene ya un radical cambio de actitud, se ve que ha pasado lo peor, y esta tribuna, la de saludar a sus adeptos, la tiene completamente controlada.
Las rotarias del club Oaxaca las “Guelaguetzas” vienen con unos trajes típicos de la sierra hermosos. Al verlas AMLO las festeja, se toma fotos, platica con ellas. Se porta amable, alegre, sonriente. Se ve que ya ha pasado el trago difícil, pues actúa relajado y afable.
Cuando pasa al lado de Laura, ella le pide una foto. No desaprovecha la oportunidad para pegar su cachete al de ella. La gente me mueve, y sale terrible la foto. (De paparazzi me muero de hambre).
El hombre va a seguir su camino y le ordeno:
- ¡No! Salió movida, regrésese.
Para mi sorpresa, AMLO obedece. Sospecho que más por el atractivo de Laura que por mi autoritaria petición. Vuelve a abrazarla cachete con cachete y tomo la foto de nuevo.
La comitiva sigue su curso. Salgo del auditorio para escuchar gritos:
- ¡Es un honor estar con Obrador!- Me asomo afuera del edificio, veo una van rodeada como de 50 acarreados, esperando a su líder en medio de mucha porra.
Aún me pregunto porqué lo vitorearon. Porqué le permitieron dar ese discurso, aún contra la ley. Lo comento con varios empresarios, hasta que uno de ellos me aclara el panorama.
Las tres primeras filas no eran rotarios… los vitores, las porras, el amasijo de emocionados... no eran rotarios, fue foro abierto…
De repente, todo tiene sentido.
Suspiro.
El mundo necesita ser cambiado, hay días que la labor parece más complicada que otros…
No debemos olvidar que somos seres pensantes. Sólo eso les pido.
Hasta nuevo encuentro
...sin tiempo y ajeno ya a los pantanos… el extranjero.