Había estado callado, me fui. Me escondí por ratos. Me alejé de ti a propósito, con duelo, para reconstruirme un poco, aclarar la mente, comprenderte. Decidir si puedo, si quiero, si sé dejarte... la verdad es que aún me dueles.
Hoy veo a todos enarbolados con tus colores. El aire patriotero hoy sabe diferente a otros años. Aún me incomoda el sabor en la boca del abuso tardío, recuperado con brío en todo el circo electoral del fin del mundo maya...
Es inevitable, mi México, siempre regreso. Hoy es tu día. Festejas una independencia virtual que no ha dejado espacio ya ni a la imaginación. Aún así, te amo, y aquí estoy. Lucharé por ti hasta que ya no me queden fuerzas, quizás de lejos, pero prometo que contribuiré a curarte.
... atemporalmente, El Extranjero.