He leìdo tus lamentos matutinos,
aquellos que oscurecen mi visiòn mientras permanezco perdido en el horizonte de tus palabras,
parece que niegas la razòn de nuestro ser,
distante, amante, confusa, real y certera...
La voz que suele animar la vida no existe,
solo vive la audiciòn enamorada del silencio de tus letras,
si, esas letras que como artificio suben y bajan, explotan y se pierden lentamente en la oscuridad,
de pronto reacciono y suspiro,
y en ello te doy vida artificial en la imaginacion que culmina con una llamada...
No estas, existes, vives, me llamas... me amas, pero no sufres... afortunadamente,
al subir la escalinata la sangre se siente en movimiento,
me detengo pensando... una pausa... observo a traves del cubo,
la luz cubre mi rostro y por un instante llega a cegarme,
me nubla la mirada y ahì estas, en el lado opuesto,
mirandonos a contra cara, extendiendo los brazos,
divididos por el espacio, el tiempo y el destino...
El silencio y la quietud dominan el ambiente queriendo congelar con calidez tu presencia inexistente...
devuelvo los pasos intentando recuperarte, tres, cuatro, cinco escalones... pero ya te fuiste
El instante se esfuma màgicamente, pero el hechizo continùa y permaneces en el,
sin aroma, sin sentido, sin presencia, sòlo con tus adorados lamentos matutinos...
Ominnon Àhyos.