No había tocado de nuevo la vena política, desde hace mucho...
Mi país, mi México, sigue en luto.
El rey Idiota paga más de 500 mil dólares para convencer a una revista "confiable" (después de esto, no queda casi ningún medio que pueda llamarse así) para que digan que Peña Nieto está "salvando a México". Saving Mexico = ¡más bien ahorrándolo para su bolsillo!
Y aún así, rumiando el sabor amargo de lo inevitable, me mordí los labios hasta sangrar, para no gritar con la pluma la indignación de un pueblo devastado, que como ganado, camina inevitable hacia el matadero que él mismo eligió, al permitir que regresara el dinosaurio a gobernarnos.
Y entonces, volteé la cara. Llevaba ya días mirando lo que sucede en Venezuela, inquieta, con tristeza y admiración, y lo admito, un poco de envidia. Entonces apareciste, Leopoldo López.
Te entregaste al régimen opresor que ha destazado sin piedad, sangrando a tu pueblo por años. A una dictadura aberrante que desnuda de sueños a los jóvenes de tu país. A las mentiras cobardes de un gobierno mal habido que está abusando de todo y de todos.
Lo hiciste mientras los tuyos te rogaban que no lo hicieras. Sabían, todos, sabemos, tememos todos, que te torturarán, que no saldrás con vida de este sacrificio... pero quiero intentar, necesito tratar, alzar tu voz por aquí. Que todos escuchen tu llamado a la paz y un mundo mejor, a tomar las calles en paz para que los pasos hablen, no las armas.
Por que los verdaderos héroes, los que cambian al mundo, hacen cosas que los vuelven inmortales. No importa lo que te hagan ahora, has inspirado más allá de tus fronteras a millones de personas como tú, que están hartas de los zopilotes alimentándose de nosotros sin piedad.
Cuando un buen hombre va a la guerra, el diablo tiembla. Cuando un buen hombre convoca la paz, aún sabiendo que le costará la vida... el mundo cambia.
¡Y nadie lo vence!
No dejaremos que te maten, y si lo hacen... el mundo lo sabrá.
¡Estamos contigo, Leopoldo!
http://diariodecaracas.com/politica/video-exclusivo-llegada-discurso-completo-leopoldo-lopez-sobre-estatua-marti
A veces como esta noche que retozarás en ella, no me existo.
O como en la madrugada que me supones en él, me enamoro de lo que fuimos.
A veces me creo que somos historias inconclusas e imperfectas.