Y en donde dan “pena ajena” es entre la “dirigencia” del movimiento estudiantil
motejado como #YoSoy132, cuyos “ternuritas” ya olvidaron todo aquello que reclamaban en sus arengas callejeras, tanto al gobierno como a los medios, y resulta que hoy se comportan cual tiranos de una república bananera como la venezolana.
Si hacemos un poco de memoria, los “chamacos chamaqueados” salieron a las calles en demanda de democracia, apertura de los medios, respeto a la libertad de expresión y al derecho a la información, pluralidad informativa y por acabar las decisiones autoritarias del gobierno. Claro, además de que reclamaban —sin tener la menor idea de lo que significa— impedir el regreso del PRI. Bueno, pues después de toda esa cantaleta —idéntica al locuaz reclamo de AMLO— “los ternuritas” mostraron un rostro profundamente autoritario y antidemocrático cuando se negaron a que el debate presidencial que organizaron se transmitiera —ya no en cadena nacional, como reclamaban que se transmitiera el segundo debate— sino que impidieron que televisoras y frecuencias de radio se colgaran para hacer la transmisión directa.
Pero ésa fue apenas la punta de la madeja de la moderna versión de los virreyzuelos en que se han convertido los “chamacos chamaqueados”. Y es que resulta que en su cuarta asamblea se les ocurrió la peregrina idea de que la discusión en general fuera a puerta cerrada.
Es decir, que “mandaron al diablo” todos sus reclamos a favor de la dizque “pluralidad informativa”, se olvidaron de “la libertad de expresión y el derecho a la información”, además de que escupieron para arriba y en un grosero acto de autoritarismo —que niega los básicos de la democracia y que confirma que tienen consigna para conspirar contra la democracia— acordaron deliberar el secreto, a espaldas de los ciudadanos.
Por eso la pregunta. ¿Qué esconden? ¿Qué acordaron como para impedir que se entere la sociedad en general y los millones de jóvenes no privilegiados? La respuesta parece elemental. Una primera filtración señala que habrían acordado una “chabacana rebelión” juvenil, si es que el domingo 1 de julio gana el candidato Enrique Peña Nieto.
En otras palabras, que los “ternuritas” serán la “carne de cañón” de la claque de López Obrador para iniciar en las calles la revuelta contra el resultado electoral; contra la democracia electoral mexicana.
¿Eso es lo que esconden? Si es así, se habrá confirmado que el movimiento estudiantil no es más que un ariete de AMLO para reventar el proceso electoral. Y no sería extraño que pronto aparezcan más evidencias de la manipulación del movimiento estudiantil.
Eso sí, lo políticamente correcto es criticar a los que censuran las torpezas y alucines del #132. Lo políticamente correcto es elogiar sin límite todo lo que hagan los jóvenes. Es bueno, brillante, aplaudible y benéfico para un país podrido, porque lo dicen y hacen los jóvenes. Y los críticos de esa chabacana estupidez son, por decirlo suave, traidores a la patria.
(Texto de la Columna: Itinerario Político de Ricardo Alemán en El Universal)