Las alas libres de vuelos incandescentes. Y tú, a lo lejos, con furia tatúas el adiós.
No es fortuito, no es casualidad. Se fue gestando como una necesidad en tu cabeza, al agotar el corazón entre lo que sientes, y lo que te permitirás que suceda... ante la necesidad de encontrar una manera de proteger la crisálida de esencia en la que guardas su memoria.
Ella era todo los que tú fuiste, y la amabas.
Ella está muerta. Tu amor es tal que prefieres el corazón de su memoria, que volver a existir en otra persona, honrando su recuerdo.
Algún día, quizás, estés listo, o algún día, como supones, volverán a ser uno en la eternidad.
Siempre fueron tus reglas, siempre me permití hacer que las rompieras; nunca las seguiste... y al final eso te enfurecía...
Siempre buscaste limitarte en los encuentros, mantener el control, te era imposible y yo amaba cuando lo perdías.
No sé si llamarlo amor, no sé si te quise: Nunca deseé tus etiquetas, ellas nos taladrearon. Tu mente necesitó definiciones.
Encontraste perdidos los "te adoro" en tus labios, vibrando en la piel.
Eso, no sabes perdonármelo.
Siento tu furia y reconozco en ella ese "nunca más" que desgarra las estrellas y me deja una única verdad.
Te has ido.
Te has ido y lo has hecho para siempre.
Y lo haces libre y alegremente, sin explicaciones.
Hiciste lo mismo que yo alguna vez, heriste de muerte al ave, para asegurarte que no regresaría a ti, ni podrás volver a sus alas, si algún día te arrepientes.
"Recuerda que yo camino". - Me dijiste alguna vez, cuando, por primera vez nuestras miradas se encontraron y ya sospechabas que volarías conmigo. Ahora parece hace tantos abismos... como si no hubiera sucedido.
Nunca te acomodaron mis alas.
Son alas de fénix.
Encuentro adecuado que en este fin de ciclo solar, prendan fuego...
No es fortuito, no es casualidad. Se fue gestando como una necesidad en tu cabeza, al agotar el corazón entre lo que sientes, y lo que te permitirás que suceda... ante la necesidad de encontrar una manera de proteger la crisálida de esencia en la que guardas su memoria.
Ella era todo los que tú fuiste, y la amabas.
Ella está muerta. Tu amor es tal que prefieres el corazón de su memoria, que volver a existir en otra persona, honrando su recuerdo.
Algún día, quizás, estés listo, o algún día, como supones, volverán a ser uno en la eternidad.
Siempre fueron tus reglas, siempre me permití hacer que las rompieras; nunca las seguiste... y al final eso te enfurecía...
Siempre buscaste limitarte en los encuentros, mantener el control, te era imposible y yo amaba cuando lo perdías.
No sé si llamarlo amor, no sé si te quise: Nunca deseé tus etiquetas, ellas nos taladrearon. Tu mente necesitó definiciones.
Encontraste perdidos los "te adoro" en tus labios, vibrando en la piel.
Eso, no sabes perdonármelo.
Siento tu furia y reconozco en ella ese "nunca más" que desgarra las estrellas y me deja una única verdad.
Te has ido.
Te has ido y lo has hecho para siempre.
Y lo haces libre y alegremente, sin explicaciones.
Hiciste lo mismo que yo alguna vez, heriste de muerte al ave, para asegurarte que no regresaría a ti, ni podrás volver a sus alas, si algún día te arrepientes.
"Recuerda que yo camino". - Me dijiste alguna vez, cuando, por primera vez nuestras miradas se encontraron y ya sospechabas que volarías conmigo. Ahora parece hace tantos abismos... como si no hubiera sucedido.
Nunca te acomodaron mis alas.
Son alas de fénix.
Encuentro adecuado que en este fin de ciclo solar, prendan fuego...