El tapanco del abuelo...





Suena a lo lejos el eco del viejo piano del abuelo,
a media voz escucho su càntico alegre, melancòlico, lleno de ayeres felices... pareciera que el tiempo permanece encapsulado en el ambiente, inmòvil, sereno... miro alrededor y en mi mente lo grabo minuciosamente para que perdure en mi eternidad...





Recuerdo a detalle aquella ocasiòn que me visitaste en el tapanco donde de niños solìamos divertirnos,
un verdadero museo de añoranzas cubiertos por las mantas blancas y el fino polvo que junto con el viento, eran sus huespedes distinguidos...


El tiempo no existia...
en aquella oscuridad abandonada no habia lugar para la luz de sol, ahì habitaba la penumbra amiga,
donde cualquier hora significaba lo mismo,
solo los gritos que nos llamaban esporàdicamente daban aviso de nuestra existencia,
jamàs se atrevieron a subir las escaleras para encontrarnos,
mientras, tu y yo nos elevabamos,
trasladandonos por breves intervalos a aquèl universo sin siquiera saber que existia...


Los carteles, las notas musicales, el enorme trombòn...
la herramienta musical, los violines, los cilindros de la pianola...
todos ellos y mas fueron nuestros mudos testigos, nuestros còmplices, se sentìan vivos!, tocados!,
volvian a ofrecer sus esplendidos conciertos!... pero en el silencio...
ellos compartìan la felicidad que derrochàbamos mientras conocìamos nuestros cuerpos,
inocentes, bellos, sin maldad...
solo dejando ser al llamado natural del descubrimiento... de la aventura...


A lo lejos, sonaban con delicadeza las clasicas preferidas de nuestros viejos...
con el paso de los años, por fin encontrè esa conexiòn tan fascinante,
manos suaves, hermosos sonidos, tactos sutiles, vibraciones, armonìa, distintos placeres...
los sentidos expresados con aquella virtuosidad acùstica, sonata,
saliendo de la mente, del corazon, de los sentidos, expresados tactilmente,
viajando por ese cercano espacio y atrapados a la inversa por dos jòvenes amaneceres...
piel a piel... palpitando... sintiendo... fusionando las melodias del corazon y la mente...


Cuando las almas se logran fundir de esta manera nunca habrà necesidad de peticiones,
solo existe la ferrea voluntad de ser, de dar, con alegrìa, con entusiasmo, a manos llenas,
sin menoscabo alguno...

Jamàs imagine que existiera algo mas allà del amor, me topè con el en una penumbra de mi primavera...
y lo vine entendiendo muchos años despues...

Ella, el Tapanco del abuelo y Yo, lo sabemos...


Ominnom Àhyos.