NO QUIERO CATARSIS

No quiero catarsis. No quiero llorar por mi país, ni lamentarme, ni animar a otros a seguir soluciones que no me quedan claras. Estos primeros días del año, han golpeado a mi México de la manera más intensa en años.
Hablan del gasolinazo, del gran agujero negro que tiene nuestra economía tras 4 años de saqueos cínicos por parte del "nuevo PRI", el viejo dinosaurio que regresó a los pinos. Ante un mundo que nos probó el año pasado que NO está preparado para la democracia. Un Brexit exitoso que los británicos ( y el resto del mundo aún lloran), un SI a la guerra que evitó que cesaran las décadas de pesadilla en la que está hundida Colombia, un monstruo racista e ignorante, misógino y sin calidad humana con las llaves de las bombas atómicas, lidereando al país más poderoso del mundo...
Nuestro mundo, humanos, no está preparado para la democracia. Porque aún no entendemos, que para tomar decisiones, las personas necesitan información, estar preparadas. Porque aún no entendemos que sin que estemos preparados, no podemos tomar un camino inteligente. Y la gente, no sólo nosotros, mexicanos, el mundo entero, no tiene suficiente información para tomar las decisiones inteligentes que necesitamos para salvarnos.
Vivimos en un universo de abundancia. LA VIDA SE ABRE CAMINO. Los recursos con los que contamos son abundantes, pero no ilimitados, y si no los cuidamos de manera inteligente y hacemos un mundo mejor para todos, nos va a llevar la hormiga a todos. Aún no existe otro planeta al cual huir. Todos, estamos atrapados en éste. La guerra, la violencia, el hambre, las enfermedades, el ecocidio. Nos afecta a todos, no sólo al pueblo. El mal gobierno y sus decisiones estúpidas, les afectan también a ellos. Pero están tan ciegos que no pueden ver. SU naturaleza no se los permite.
Y lo sé. Mi ser político es un ser detestable. Esa voz interna que me habla, que me indigna, que me hace pelearme como un rotweiller con las personas que menosprecian la gravedad de esta situación. Es detestable porque habla desde la desolación. Porque la situación me rebasa, y la fe, aún nadando en contra de la evidencia, me dice que debe existir una salida. Debemos sobrevivir, debemos salvar el barco antes de que acabe de hundirse y las ratas nos coman los ojos.
Necesitamos los ojos para ver. Para comprender lo que pasa aquí.
Aún somos niños. Niños maltratados y con hambre que agradecemos las migajas que nos avienta "papá gobierno", haciéndonos ver que deberíamos estar agradecidos por tener un techo, y una cobija para dormir. Somos niños maltratados, que nos convertimos en victimarios ante la menor oportunidad.
Niños adultos que no sabemos que deberíamos tener en nuestras manos la oportunidad de una vida digna, saludable, en paz y con desarrollo humano. Todos, no sólo unos cuantos. Todos los que lo deseen.
Ver los saqueos fue doloroso. Sabemos, los que no escondemos lo evidente, que la agresión estúpida y animal no surgió del pueblo indignado. Pero ya con la gente enardecida, en medio de la sicósis coléctiva, no fue difícil que la gente con "hambre" se aventara al vacío de la incongruencia. Robando, destrozando, vandalizando. Personas sin educación, sin acceso quizás a los bienes de lujo que estaban a su merced en el caos de las masas enardecidas. Dándole un pretexto al gobierno represor para aplastarnos a balazos.
MI yo político, el detestable, el que se armaría con palos y machetes por defender a su patria, tiene hoy un bozal. No propongo NADA. NO te incito a marchar, ni a protestar, ni a insultar en las redes sociales al rey idiota y sus secuaces ( y a toda la calaña política, desgraciadamente, ningún partido se salva)...
Soy sólo yo la que te hablo, la mexicana que soy. Que amo a mi país, mi cultura, mis colores, mi comida, mi gente. La que sabe que merecemos más, la que sabe de lo que somos capaces. Esa yo que te habla te pide.
Haz. Pero haz ya! No ataques el que no piensa igual que tú. Haz responsable del dolor a quien lo provoca, no a tu hermano, que lucha a tu lado. Sé responsable. Edúcate, infórmate. Ayuda a que la gente de tu alrededor abra los ojos.
Si despertamos todos, somos un gigante. Y las ratas ciegas no podrán dañarnos.