Soy

Sentado, observando las letras de una historia que escribo en días y noches de locura, imagino a un mundo distinto, tal vez por la necesidad de cambiar mi forma de ser o por el simple hecho de tener conciencia de la realidad en que vivimos. Lo malo de mi imaginación es que no la puedo plasmar en palabras, mas que solo en acciones. 

                                                  
                                                            
Pienso, hay tanto para disfrutar sanamente en el mundo y muchos andan por ahí desperdiciando la vida, echándola al olvido, al fracaso, al conformismo o lo peor de todo: al abismo de la inexistencia. Sea como sea, me pregunto: ¿tienen conciencia de lo que hacen o solo actúan por puro instinto? Si tienen conciencia de lo que hacen creo que han de tener una descripción muy vana de la vida. Y si solo actúan por instinto, no queda más que decir, que dan mucha pena. Y que no saben de lo que se están perdiendo.
                                                                                                                     
Al final de todo, continúo escribiendo mi vida poniéndo más atención a los hechos que se relacionan directamente conmigo. Como suelo decir: si me afecta, tengo que hacer algo.
Pero no quiero decir que lo demás no me importe. Aunque no puedo hacerme cargo de todo. Así que las prioridades son primero. Y si algo que no esté afectandome directamente, necesita de mi interés, lo tendrá. 
                                                                                                                 
No tengo certeza de qué tanto pueda escribir sobre mí o sobre mi superficialidad, pues tengo la sospecha de que nadie es realmente como es. Lo digo, pues ni nos conocemos en un cien por ciento como para darnos a conocer tal y como somos.
Si pueden responderse a si mismos a: ¿Quién soy? Y lo hacen de una forma coherente, detallada y explícita, pues felicidades ya han dado el primer paso para conocerse, ahora solo falta comprobarlo y que los demás se den cuenta. 
                                                                                                                      
Escribir sobre mí, es como explicarles una historia que viene escribiéndose desde tiempos inmemorables, me refiero a que no recuerdo todo sobre mí, aunque les puedo decir cómo soy ahora. Pero eso será en otra oportunidad, o bien pueden imaginarse cómo soy.

De Jesús Valenzuela,