Ayer me pregunté qué se sentiría salir a las calles con una bandera...

Es curioso cómo suceden las cosas.




México parece despertar y yo veo a los titanes afinar estrategias y redefinir métodos para acomodarse a la nueva realidad.
Algunos intereses empiezan a corromper las causas que en su origen me parecieron válidas, románticas y absolutas. Las televisoras asumen que la balanza de popularidad debido a las marchas juveniles, benefician a AMLO, entonces, le conceden un  poco  más de voz, un poco más de espacio. Aún así, tratan de maquillar de nuevo a su candidato. Utilizando voces en otro momento inquisidoras como "paleras" de su propia estupidez.


Siempre he sido un soñador. En su origen creí en la marcha Yosoy132, luego apareció la sombra de AMLO... El blog fue atacado entonces, por sus aguerridos seguidores cuando dejamos claro, que a nuestros ojos, en esta marcha, no se trata de lo que se quiere, sino de lo que NO se quiere.


  He hecho patente que el objetivo de este blog es cambiar el mundo.  Me han preguntado porqué no he tomado cartas en el asunto. Me han preguntado qué estoy haciendo por cambiarlo...


 El domingo, que vi a estos chavos en la marcha Anti Peña Nieto, me surgió la pregunta. 
¿Qué se sentirá caminar en las calles, ondeando banderas pacíficamente, con la esperanza de cambiar el mundo, rodeado de jóvenes, sintiendo que tiene sentido hacer lo que haces: con un propósito, con un grupo de gente joven jugando con alegría a que el mundo es suyo y pueden moldearlo?


Últimamente, las cosas suceden a partir del pensamiento...  sin esperarlo, las circunstancias me colocaron alli. Rodeado de jóvenes de 12 países diferentes, vestidos con trajes nacionales, ondeando felices sus banderas. 




Nosotros, todos los  que caminábamos allí, con claramente distintos perfiles políticos, edades, hombres y mujeres con un fin común, ondeando cada quien su pancarta, ostentando lo que significamos, lo que somos, lo que deseamos, lo que amamos en nuestro México.


Los jóvenes mostraban una alegría positiva. No la loca de un desfile de carnaval, no la aguerrida pasión de una protesta. Era una manifestación alegre que decía: aquí estamos, somos, el mundo es nuestro. Paz y futuro...  fue un despliegue absoluto de Paz y futuro. 


La marcha desencadenó enfrente de un viejo edificio en el zócalo de la ciudad. Allí, empezó la siembra.


Vi a los muchachos sembrar.  Recuerdo todas las banderas en el césped, y ellos, todos, de distintos colores, tamaños, sexo, culturas, riendo, jugando. 
Juntos todos, sembrando un árbol... Ellos se irán. Regresarán a sus tierras. 
 Son extranjeros, pero creen en México, y han aprendido a amarlo...


Vean esta imágen con atención: La guerra, la espada... quedan atrás... por delante las banderas, y ANTES: La juventud.




Conforme caminaba de regreso, sonreí, el pensamiento único fue: está sucediendo... estamos cambiando el mundo a cada paso...




                                                     ... atemporalmente... EL Extranjero.