Memorias I

LAS MISMAS MENTIRAS.  Pablo Hirirart.



Bueno, después de un par de semanas de exceso de trabajo que me imposibilitaba colaborar en este delicioso foro, hoy quiero compartir la primera de una serie de columnas del periodista Pablo Hiriart que nos va a servir de mucho para recordar que ese perro vestido con piel de oveja no representa ningún cambio ni mucho menos verdadero y que entre todos los candidatos es el más conservador (y retrógrada de todos)



 


En el debate vimos a un López Obrador relajado, que no alzó la voz. Mintió con aplomo. Repitió las mismas falsedades que en su campaña de 2006.

Apostó a la desmemoria, pero olvida que hay hemerotecas.

En el debate volvió a criticar los altos sueldos de los funcionarios públicos y ofreció bajar el suyo y el de sus colaboradores en el gabinete. ¿Por qué no lo hizo cuando fue Jefe de Gobierno?

López Obrador tenía un sueldo neto de 71 mil 692 pesos, equivalentes en aquel entonces a unos siete mil dólares mensuales.

Lula, entonces presidente de Brasil, tenía un sueldo mensual de tres mil 300 dólares al mes.

Tal vez merecía ganar el doble que Lula, por las razones que sean. Lo inaceptable son los baños de pureza y que vuelva a repetir la misma oferta.

El chofer de López Obrador, su amigo Nico, ganaba un sueldo de 70 mil 343 pesos, libres de impuestos. Al conocerse el dato del salario del chofer, le dio el cargo de responsable de la logística personal.

Bien, Nico tenía un sueldo neto mucho mayor que el del presidente Kirchner, de Argentina, que obtenía dos mil 56 dólares mensuales.

Nico ganaba el triple que el Presidente de Argentina.

Lo mismo ocurría con el secretario particular de AMLO, Alejandro Esquer, los secretarios y el Oficial Mayor de su gobierno, con sueldos que rebasaban casi por el doble al salario de Lagos, presidente de Chile, que obtenía cuatro mil 200 mensuales.

Tal vez estaba bien que ganaran eso. Lo que ofende es la burla: López Obrador hizo como Jefe de Gobierno exactamente lo contrario que ofrecía en la campaña de 2006 y lo que ofrece ahora.

Dice en su campaña que él sí puede con la delincuencia, como lo demostró en la capital cuando la gobernó. Mentira. Quien mejoró la situación fue Ebrard y su Procurador Mancera, que recibieron al DF como la entidad con mayor criminalidad en toda la República.

En su administración los secuestros se duplicaron. Bajo su gobierno hubo 913 plagios de alto impacto y seis mil secuestros exprés denunciados. Lo que arroja, según cifras oficiales, unos siete mil secuestros durante los cuatro años y ocho meses de su mandato.

Descalificó los reclamos ciudadanos y los llamó pirrurris.

El DF ocupó, con López Obrador, el primer lugar mundial (sí, mundial) con más asesinatos de automovilistas y con más asaltos a transportes de carga.

De acuerdo con el documento “Problemática Social Generada por el Narcomenudeo”, de la PGR, el narcomenudeo creció en los primeros cuatro años del gobierno de AMLO en 762 por ciento.

El informe asienta que, al final de su gobierno, 62 mil estudiantes de secundarias públicas eran consumidores de drogas adquiridas en dos mil 111 expendios que florecieron en su mandato.

Pero hay más, mucho más. Mañana seguimos.