STABAT MATER
Independientemente de la religión que profesemos (o ninguna), podemos todos imaginar el gran dolor de una madre al ver la muerte de su hijo. Y una muerte de tortura y de las más terribles como la crucifixión.
No necesitamos poner en este escenario a María y a Jesús para imaginar ese terrible dolor; sin embargo, este término que en español significa "Estaba la Madre" tiene su origen en el cristianismo del S.XIII y el primer dato proviene del Papa Inocencio III. Este texto religioso es de los que más han inspirado a los artistas tanto musicales como escultores y pintores. Normalmente se representa el momento de la muerte de Cristo en la cruz pero también al momento de ser bajado de la misma.
A diferencia de los "Requiem" que comentábamos ayer en que los grandes artistas barrocos se "abstuvieron" de componer, el Stabat Mater está presente en muchos de los compositores de este período. Pero la lista de compositores formales que han escrito un Stabat Mater viene desde el Renacimiento hasta los compositores contemporáneos. Aquí algunos de ellos:
"Renacentista": Giovanni Pierluigi da Palestrina
"Barroco": Alessandro Scarlatti, Antonio Vivaldi, Domenico Scarlatti, Giovanni Battista Pergolessi
"Clacisismo": Franz Joseph Haydn
"Romanticismo": Franz Liszt, Gioachino Rossini, Giuseppe Verdi, Antonin Dvorak
"Moderno": Francis Poulenc
"Contemporáneo": Krzysztof Penderecki, Arvo Pärt.
Hoy comparto las que para mi gusto son las mejores Stabat Mater compuestas hasta hoy. (La primera de ellas dedicada a un admirado Editorialista gráfico -caricaturista- que me la sugirió)
GIOVANNI BATTISTA PERGOLESSI
GIOACHINO ROSSINI
ARVO PÄRT
Para los amantes de la pintura y sobre este tema:
Hugo Van Der Goes
Giotto
Perugino
En la escultura por supuesto la excelsa obra de Miguel Ángel:
Y para los amantes de la Literatura, la versión de Lope de Vega:
1.
La Madre piadosa estaba
- junto a la cruz y lloraba
- mientras el Hijo pendía.
- Cuya alma, triste y llorosa,
- traspasada y dolorosa,
- fiero cuchillo tenía.
2.
- ¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
- se vio la Madre bendita,
- de tantos tormentos llena!
- Cuando triste contemplaba
- y dolorosa miraba
- del Hijo amado la pena.
3.
- Y ¿cuál hombre no llorara,
- si a la Madre contemplara
- de Cristo, en tanto dolor?
- Y ¿quién no se entristeciera,
- Madre piadosa, si os viera
- sujeta a tanto rigor?
4.
- Por los pecados del mundo,
- vio a Jesús en tan profundo
- tormento la dulce Madre.
- Vio morir al Hijo amado,
- que rindió desamparado
- el espíritu a su Padre.
5.
- ¡Oh dulce fuente de amor!,
- hazme sentir tu dolor
- para que llore contigo.
- Y que, por mi Cristo amado,
- mi corazón abrasado
- más viva en él que conmigo.
6.
- Y, porque a amarle me anime,
- en mi corazón imprime
- las llagas que tuvo en sí.
- Y de tu Hijo, Señora,
- divide conmigo ahora
- las que padeció por mí.
7.
- Hazme contigo llorar
- y de veras lastimar
- de sus penas mientras vivo.
- Porque acompañar deseo
- en la cruz, donde le veo,
- tu corazón compasivo.
8.
- ¡Virgen de vírgenes santas!,
- llore ya con ansias tantas,
- que el llanto dulce me sea.
- Porque su pasión y muerte
- tenga en mi alma, de suerte
- que siempre sus penas vea.
9.
- Haz que su cruz me enamore
- y que en ella viva y more
- de mi fe y amor indicio.
- Porque me inflame y encienda,
- y contigo me defienda
- en el día del juicio.
10.
- Haz que me ampare la muerte
- de Cristo, cuando en tan fuerte
- trance vida y alma estén.
- Porque, cuando quede en calma
- el cuerpo, vaya mi alma
- a su eterna gloria. Amén.